sábado, 18 de abril de 2015

LOS HIPPIES

Historia.



LINK PARA HISTORIA EN YOUTUBE.



Se llama hippie, o jipi a un movimiento contracultural, libertario y pacifista, nacido en los años 1960 en Estados Unidos, así como también a los seguidores de dicho movimiento. La palabra hippie deriva del inglés hipster que solía usarse para describir a la subcultura previa de los beatniks (término relacionado pero no idéntico al de Generación Beat), que tuvo como base importante la ciudad estadounidense de San Francisco (California) y su distrito Haight-Ashbury. Esta nueva subcultura heredó algunos valores contraculturales de la Generación Beat y en menor grado del naturismo alemán. En algunos medios de comunicación se utilizaba el término beatnik para referirse de modo despectivo a la Generación Beat.

Los hippies escuchaban rock psicodélico, groove y folk contestatario, abrazaban la revolución sexual y creían en el amor libre. Algunos participaron en activismo radical y en el uso de marihuana y alucinógenos como el LSD y otras drogas con la intención de alcanzar estados alterados de conciencia; en realidad una forma de rebelarse por la homogeneidad de conceptos que ofrece el sistema. También buscaron formas de experiencia poco usuales en esos tiempos, como la meditación. Debido a su rechazo al consumismo solían optar por la simplicidad voluntaria, ya sea por motivaciones espirituales-religiosas, artísticas, políticas, y/o ecologistas.


Otras características asociadas al movimiento. 



Ejemplo de una camiseta al estilo psicodélico tie-dye.





Ropas de colores brillantes (de estética psicodélica) o, en su defecto desteñidas: camisas floreadas o muy coloridas, largas faldas, pantalones de campana (botamanga ancha),etc. Se inspiraron también en estilos de vestir no occidentales, como las ropas nativas americanas (cherokee), colombia con las características Mochila Arhuaca las cuales aún son bastante populares, prendas de la India o africanas, y adoptaron símbolos como la flor o motivos de los indios americanos. Muchos de los hippies se confeccionaban su propia ropa, en protesta ante la «cultura consumista» (como lo hicieron, por ejemplo, en los 60 los colectivos The Firesigns de California y The Fool en Inglaterra).
Les agradaba tocar y componer música en las casas de amigos o en fiestas al aire libre como en el Human Be-In en la ciudad de San Francisco (California), celebrado el 14 de enero de 1967, evento que dio a conocer bien al movimiento. Asistían a festivales como el Monterey Pop Festival en junio de 1967 y el Festival de Woodstock en agosto de 1969. Actualmente, existe el llamado Burning Man Festival.





La mochila colombiana es usada por los hippies.




los hippies demuestran su gusto por la musica.



Amor libre, ejemplificado en su rechazo a la institución del matrimonio como obligatorio y el desarrollo de una conducta sexual libre de las regulaciones provenientes de la Iglesia cristiana o el Estado, vistas como intromisiones en la vida personal y obstáculo en la libertad individual. Generalmente, son tolerantes con la homosexualidad y la bisexualidad. También son conocidos por apreciar el placer y por asociar el sexo a valores beneficiosos para las personas.
En la mayoría de ellos el uso de drogas como marihuana, hachís, y alucinógenos como el LSD y la psilocibina (extraída de hongos psilocibios), son algo habitual ya sea para diversión o para lograr una «expansión de la mente y la conciencia» mediante la «experiencia psicodélica»; algo predicado por Aldous Huxley, Allen Ginsberg y principalmente Timothy Leary a principios de los 60. Posteriormente esto se asoció con perspectivas cercanas al chamanismo y a espiritualidad alternativa. Los hippies también a veces suelen consumir drogas duras como alcohol, cocaína, etc.; aunque usualmente se prefiere las drogas psicodélicas e inclusive a veces se critica la tendencia del alcohol a provocar la violencia así como las consecuencias adictivas de drogas como la cocaína y la heroína.23
Gusto por escuchar, interpretar y componer rock psicodélico, rock progresivo, música folclórica local, folk-rock, acid folk y más recientemente Música New Age, psytrance o psybient. De todas formas es de las tribus urbanas que suelen escuchar más géneros de música que en algunos casos comparten valores y estéticas similares al hippismo o la psicodelia como la música New Age o el reggae o inclusive otros con visiones y perspectivas más lejanos aunque las tendencias principales de gustos musicales.



los hippies demuestran interés por el arte.

tal cual como vemos en este vídeo.






Ideologías.



En Colombia los hippies aún continúan habitando  Podrían considerarse algunos valores y consignas del movimiento en general, aunque existen hippies que enfatizan más sobre un estilo de vida bohemio; otros grupos con una tendencia marcada por la espiritualidad alternativa (new age, chamanismo); y finalmente otras comunidades que están envueltas en activismo radical, ecologismo, o varias de estas cosas al mismo tiempo.

tiende a ideas y modo de vida con tendencia claramente inclinada a una perspectiva de socialismo libertario4 y ecologismo. De todas formas gran parte de los hippies fueron relativamente apolíticos o si no políticamente sincréticos. Estas perspectivas, debido al rechazo del consumismo y de la mercantilización de la sociedad capitalista contemporánea ponían de manifiesto su visión usualmente ecologista, y fundamentaban la importancia hacia el respeto a la libre expresión de la subjetividad y la creatividad, claras tendencias hacia experiencias autogestionadas, dejando bien claro el rechazo hacia el burocratismo y la propuesta más desarrollada, que era la creación de comunidades intencionales y otros modos de relaciones humanas o lo que se llegó a denominar una sociedad alternativa.








los hippies desde el punto de vista critico.

Sobre la miseria de la vida hippie

Los valores que antiguamente aseguraban la organización de la apariencia han perdido su poder; la moral, la familia, el patriotismo y demás caen como un lastre. Los viejos valores y mistificaciones ya no pueden compensar el sacrificio de experiencia auténtica que exigen. Comerciantes, profesores, trabajadores humildes, playboys, amas de casa... ¿quién puede tomarlos ya en serio? Los héroes y los ídolos dominantes caen en el ridículo. Toda falsificación se encuentra en crisis.
Esta desintegración de valores abre un vacío positivo en el que resulta posible la experimentación libre. Pero si ésta no se opone conscientemente a todos los mecanismos del poder, llenan el vacío nuevas ilusiones en el momento crítico en que todos los valores son absorbidos en el vortex. El poder aborrece el vacío.
La insatisfacción hippie, su disociación de los viejos estereotipos, ha desembocado en la fabricación y adopción de otros nuevos. El estilo de vida hippie crea y consume nuevos roles — gurú, artesano, rock star —, nuevos valores abstractos — amor universal, espontaneidad, franqueza — y nuevas mistificaciones de consolación — pacifismo, budismo, astrología... — residuos culturales del pasado restituidos en los escaparates para el consumo. Las innovaciones fragmentarias de los hippies, que ellos vivieron como si fuesen totales, sólo han revitalizado el espectáculo. En lugar de luchar por una vida auténtica, el hippie asume una representación abstracta, una imagen de esa vida, y presenta su cambio de apariencia como un cambio real. La gravedad moral que atribuye a su estilo de vida da la medida de su dependencia de la nueva imagen. Como la proliferación de estilos de vida se desarrolla en paralelo a la decadencia de los valores, la medida del valor se descompone en el sentido de escoger toda una seudo-vida entre los estilos del mercado.
Discos, posters, pantalones de campana: unas cuantas mercancías te hacen hip. Cuando se acusa al “capitalismo hip” de “saquear nuestra cultura” se olvida que los antiguos héroes culturales (Timothy Leary, Allen Ginsberg, Alan Watts...) promovieron el nuevo estilo de vida desde el emporio del consumo cultural. Combinando su propio fetichismo cultural con la falsa promesa de vida auténtica, estos hombres anuncio del nuevo estilo, engendraron un vínculo casi mesiánico con la causa. “Enrollaron” simultáneamente a la juventud con una nueva familia de valores y con la familia de bienes correspondiente. “Enrollarse” significaba al mismo tiempo consumir drogas y comprar acríticamente toda una Weltanschauung. La diferencia entre el hippie “real” y el hippie “de pacotilla” reside en que las ilusiones del primero son más profundas, asume las mistificaciones en estado puro y de forma orgánica, mientras que el segundo las compra empaquetadas: la astrología en un póster, la libertad natural en sus pantalones de campana, el taoísmo de los Beatles... Mientras que el hippie real puede haber leído y contribuído al desarrollo de la ideología hip, el hippie de pacotilla compra mercancías que la incorporan. Identificadas con objetos en la realidad jerárquica del espectáculo, las cualidades humanas (espontaneidad, autorrealización, comunidad...) se convierten en ideales para consumir, precisamente porque son lo que le falta a la realidad y porque la ilusión de autenticidad se hace necesaria para la vida inauténtica. Así como el horizonte religioso fue la organización superviviente que los milenaristas no supieron superar a la hora de crear su estilo de vida, el estilo de vida hip reproduce el consumismo al que cree oponerse.
La llamada revolución de la industria del disco de los años 50 a los 60 fue precisamente el triunfo de esta industria sobre el segmento descontento de la población a través de celebridades y símbolos autóctonos, una especie de “liberación nacional” de la juventud que la dejaba, como a los países del tercer mundo, en manos de dueños indígenas y de ilusiones de libertad. Los festivales de rock no fueron sino celebraciones del triunfo del asalto neoimperialista sobre el consumo cultural de la juventud, que trataban desesperadamente de parecer el triunfo de la “revuelta juvenil”. La música rock — principal punto de referencia de la “nación” de la juventud — expresa en sus canciones las ideologías de la revuelta juvenil. Trascendiendo vínculos nacionales y de clase, obliga a una brigada global de jóvenes consumidores militantes a un sacrificio ferviente a sus mercancías estrella. En los festivales de rock, la pasión sexual se convierte en éxtasis contemplativo. Los hijos del espectáculo puro se contonean con orgiástico anhelo ante la presencia totalitaria de la estrella del rock. Es el magnetismo de la mercancía el que asegura fundamentalmente la cohesión de esta comunidad reificada. Quienes hacen de Woodstock y Altamont una falsa dicotomía ocultan su identidad intrínseca. En todo pseudo-festival, una banda sigue a otra y la audiencia sufre de buena gana incomodidades durante días para realizar sus sueños consumistas más salvajes. Pero la cohesión de esta audiencia puede desintegrarse en cualquier momento, y revelar en su desintegración la separación espectacular que la constituye.
La gente respondió a la contracultura porque su contenido era en gran medida una crítica parcial del viejo mundo y de sus valores (como los primeros Ginsberg y Dylan). En el capitalismo tardío, todo arte y toda poesía que no sea sólo un deshecho intelectual en el mercado cultural o en la sopa del llamado gusto popular debe criticar, aunque sea de forma incoherente o nihilista, la no-vida espectacular. Pero en cuanto elemento de la cultura, esta crítica sólo sirve para preservar su objeto. Como la contracultura no puede negar la cultura, sólo la sustituye por una cultura opuesta, por un nuevo contenido para la imperturbada forma-mercancía. La innovación cultural fundamenta el falso optimismo del hippie: “Mira, las cosas están cambiando” — Sí, pero sólo las cosas. Lo que parece haber sido rechazado y destruido es recreado en la reconstitución pieza por pieza del mundo de la cultura. Las canciones, como las demás formas artísticas, pueden convertirse en armas revolucionarias, pero sólo si van más allá de lo artístico para formar parte de una praxis de agitación que apunte explícitamente a la destrucción de la mercancía y de la cultura como esfera separada.



Conclusiones.



Los hippies en Colombia especialmente son hombres muy artísticos y muy dedicados al viajar
Y vender artesanías en lugares muy turísticos a pesar de que ya se ha perdido mucho la esencia de estos y sus ideologías por ejemplo en el Huila por ser un destino tan ampliamente turístico aquí los hippies frecuentan mucho por conocer toda la diversidad cultural del Huila.


Bibliografias.
http://es.wikipedia.org/wiki/Hippie









No hay comentarios:

Publicar un comentario